Opinión

TAFÍ VIEJO

EL ÚLTIMO "LOCO" DE MI PUEBLO
El vecino taficeño Julio Vega Guzmán compartió una relato en torno a "Lililo", leélo aquí

LUNES 07 DE MARZO DE 2022 · 20:37 HS

Julio Ángel Vega Guzmán para www.paginanorte.com.ar:

¡¡¡Que viejo está Lililo!!! Camina quedamente en ese patio mágico que lo construyó a fuerza de sostener sus pies para que no se escapase volando; es ese sueño de "barrilete cósmico" que se quedó sin hilo en Tafi Viejo. La Avenida Alem fue y es como una madre amamantándolo con amigos; con el cigarrillo inquieto entre sus dedos; con fantasmas, de quien sabe que pasado, ofuscando la sinrazón y su dislate con punzantes alaridos en sus oídos (gritos de gargantas que nadie más a escuchado) esto le obliga como un "director de orquesta apasionado" vanos intentos de sus manos sacudir el aire en su afán de alejar tanta insistencia.

¡¡Que cansado lo observo a Lililo!!... a veces como si un hilo de realidad lo conectara con el mundo, lo vi llorar, solo por un minuto... hasta que logra fugarse nuevamente como un pequeño gorrión entre los tarcos. En ocasiones suelo mirarlo desde mi barca de papel como crece entre las mesas de los cafés, se agiganta entre la gente ataviada con el ropaje amarillento de la vida; lo contemplo flotando sobre nosotros, como si se elevara hacia un presente ideal y exacto, una caricia tan humana e intensa, momento único que lo encarceló para siempre en ese punto cardinal de la memoria. Cuando lo miro abrazado a la modorra de la locura es fácil para mí sentir envidia; hundido como estoy en la inescrupulosa tarea de repasar una a una las páginas de mis días; sintiendo que cada vez, haga lo que haga, se van alejando de mi lado las estaciones más felices de mi existencia. Tantas veces traté de anclarme en algún momento de mi pasado; refugiarme en la trinchera de un abrazo; despertar en la calidez de una sonrisa; o acostarme a dormir entre las suaves letras de una oración que me haya sido dicha sinceramente... todo fue imposible, el río de la incertidumbre y la saña de mi destino me arrastran consigo para siempre. En cambio Lililo, se despereza en esa misma cama de hojas de plátanos donde hizo su nido alguna vez. 

¡¡¡Está viejo mi amigo!!! Lo espío en ese ir y venir por esa pasarela feliz que le ha tocado; sin dudas forma parte de ese paisaje entrañable que me devuelve mi ciudad. Y pienso, quien sabe, quizás yo crezca por lo menos en un ápice de su cabeza, convirtiéndome en un pájaro mas posándose en sus recuerdos. Una pregunta nace desde lo más profundo de mi alma-.

¿Quién se marchará primero?¿Quién de los dos plantará sus huesos en la tierra asombrada de mi pueblo, para esperar al otro después?... Si yo lo hago, acaso junto a mi mesa vacía me dedique ese gol a lo "Batistuta" hincando sus rodillas en el piso en vehemente festejo y alzando sus brazos a esa tribuna imaginaria; o quizás fume un cigarrillo en ese espacio desierto dejado por mí y trate de pintarne con el humo en el lienzo de la nada, dibujo que el viento le arrebatara después; o simplemente como muchos otros, solo me olvide. 

¿Pero si muere él? ¡¡¡Dios mío!!! Que gran desazón sería. Se habrá asesinado a la magia, esa última esperanza que tiene la gente como yo de ser feliz. ¿Como le explicaría a las aceras, las calles, el cerro, al ejército de árboles que saludaban su paso por esa porción de país que le pertenecía? Que sola quedaría la Avenida Alem de Tafi Viejo. Sabiendo que entre tarcos y plátanos se le escabulle despacio, casi sin ruido, el espíritu de una ciudad que piensa y siente, demasiado.

Fuente: http://www.paginanorte.com.ar