Taficeños

TAFÍ VIEJO

“El Universo jugó a mi favor para darle forma a esta historia”
Un Mundial de Fútbol en Italia y su amor en el viejo continente. Un viaje a lo desconocido, pero con la certeza absoluta de que juntos, iban a escribir la historia más bonita, la suya. María Angélica Salvadeo, desde Aosta (Italia), es la protagonista del 9º capítulo de #Taficeños… espero lo disfruten tanto como yo.

SáBADO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2021 · 08:43 HS

Franco La Pena

Dicen los expertos del fútbol, al menos en este bendito suelo, que el Mundial de Italia 90 es, por lejos, el más recordado y emotivo de todos los tiempos.

“¿Cuáles son las razones?”, le pregunté a un par de amigos y explicando que, en ese año, yo tenía tan sólo 5. No dudaron: la canción “Un estate italiana”, las patadas de los cameruneses en el debut, el gol de Caniggia a Brasil y el bidón a Branco, el tobillo de Diego, las atajadas de “Goyco”, los “tanos” insultando el himno argentino, la final con Alemania y un resultado adverso con un penal que sigue siendo tema de polémica… ufff. Mucho.

Y dentro de todo ese recuerdo, aparece la historia de amor, y de vida, de María Angélica Salvadeo y Jorge Di Clemente. Lo más parecido a un cuento con sus respectivos matices, idas y vueltas, suspenso y un final que, si bien aún no se escribió, todo parece indicar será como siempre: felices y comiendo perdices.

“Nací en San Miguel de Tucumán un 14 de agosto y viví ahí hasta los 4 años que es cuando mis padres deciden irse a Tafí Viejo ya que mi viejo era ferroviario”, explica a modo de introducción Angélica en un alto de sus vacaciones en el verano europeo. Y es que el aire del Valle de Aosta (bien al Norte de Italia y limita con Suiza y Francia) sirve para calmar ansiedades y desempolvar los recuerdos de como una decisión puede cambiar tu vida en tan sólo un instante. Al fin y al cabo, “de sólo vivir se trata la vida”, dice un tal Abel Pintos.

¿Cuándo te fuiste de Tafí y qué te motivó a irte? ¿Saliste sola?

Me fui a los 21 por el amor, estaba de novia con Jorge Di Clemente hacía 6 años. Él ya estaba en Italia y fui sola, me esperaba ahí. Jamás pensé en irme del país y tampoco tuve el sueño de emigrar. Decidí viajar por 3 meses y volver… eso pensaba. Al final todo se prolongó y llevo 30 años aquí.

Pero, más allá del amor, tenía ganas de viajar y conocer. Jorge ya había estado en Chile y Brasil porque le gustaba mucho viajar. Llegó a Italia por el Mundial del 90 y también para conocer a sus antepasados en la Región de Abruzzo, en el centro de Italia.

¿Por qué Aosta? ¿Cómo es la vida ahí?

En uno de los partidos, Jorge encuentra un grupo de tucumanos que vivían en el Valle de Aosta (muy parecido a Bariloche) y lo invitan a conocer este lugar tan bello y lleno de castillos. Fue así como decidió quedarse porque no es tan grande. Además, en esos años podías conseguir trabajo y donde vivir.


Castillo Fenis

Dejame decirte que, en los 90, en Argentina sólo se hablaba de Roma, Milán y Turín, pero de Aosta no se sabía mucho.

Está ubicada en el Noroeste de Italia y tiene, en el famoso Monte Blanco, a un punto turístico todo el año porque es realmente muy conocido, al igual que sus vinos y el cultivo de manzana. Tenes senderos, paseos, lagos y todo es hermoso. Te juro que, en 30 años, no terminé de conocer la provincia. Económicamente el Norte es autónomo e independiente, siempre estuvo mucho mejor que el centro y sur del país. Hay muchas posibilidades para el ciudadano. Sigue siendo una región muy rica, segura y tranquila. Todo es bonito.


Teatro Romano en Aosta

¿Cuándo y cómo decidiste salir del país?

Nos quedamos 4 años (del 90 al 94) y decidimos volver a al país para visitar la flia. Pero comenzaron a pasar algunas cosas con mi familia y le pedí a Jorge quedarnos en Tafí, por lo que se hizo cargo del bar “Jerry” y yo consigo trabajo en JVC Castillo como promotora de ventas.

Así estuvimos hasta el 2000 pero las cosas entraron en crisis económica; de a poco fui sintiéndome algo incómoda en Tafí Viejo y comencé a ver que ya no estaba tan convencida porque muchas cosas no cuadraban. En ese tiempo, 1995, Jorge obtuvo la ciudadanía y nace mi hijo Paolo (mi otro hijo es Damiano y ambos son mi locura). Cuando él cumple los 4 años, decidimos volver a Italia porque ya estábamos más conscientes y éramos una familia; nos sentíamos maduros porque, antes de Paolo, nos dedicábamos a viajar y no teníamos en la cabeza la ambición de una casa o buscar hijos. Pero después, al ser madre, la cabeza es otra respecto a tus responsabilidades y esa fue una de las razones por las cuales regresamos a Italia. Vivimos 15 días en Milán y después si en Aosta.


Damiano (20), Jorge y Paolo (25)

¿Por qué decidiste quedarte en Aosta?

Viajé a muchos países. Pero Aosta, al ser una ciudad pequeña, te da mayores posibilidades de conocer gente que, si ve tus buenas intenciones, seguro te ayuda en lo que sea. Cosa que es muy difícil ocurra en grandes ciudades. Esa fue la principal razón.

¿Es fácil arrancar de 0 en un lugar distinto y lejos de los afectos? Con el miedo lógico de lo desconocido.

No es fácil. Con Jorge siempre nos apoyamos, tuvimos suerte y gente que nos ayudó mucho, incluso para obtener la ciudadanía porque, cuando volvimos, nos acogieron de la mejor forma y conseguimos trabajo al toque. Los italianos son muy gentiles, ayudan al prójimo y reconocen la historia de inmigración de los años 40 y 50 con tantos “tanos” que fueron a Argentina.

Como te contaba, llegué con 21 años y Jorge llevaba un año clandestino. Hice lo mismo, con miedos y ansiosa porque no tenés derechos al Sistema de Salud ni a los Bancos. Tenes que trabajar en negro y escondido con “el Jesús en la boca”, como se dice.


Fiesta Celta

En ese tiempo (año 91) coincidimos con la Guerra del Golfo y pasó una Patrulla mientras paseábamos. Nos pidieron documentos porque, al ser muy expresiva, mi cara nos delató… en ese momento podrían habernos corrido del país porque era lo que correspondía. Gracias a Dios, el Sr que nos alquilaba una pensión (yo era la única mujer y había hombres árabes de Marruecos y Egipto, por ejemplo), sacó la cara y nos defendió. “Ellos son argentinos y ya tramitaron sus papeles y la ciudadanía, yo me hago responsable; no les pidan Pasaporte ni más nada. No olviden que los argentinos siempre nos ayudaron” … se fueron y nunca olvido este gesto de Pino y su mujer Antonieta que siempre fueron muy solidarios.

Pasó lo siguiente: Vos tenías pasaje abierto por 3 meses de vacaciones y así entramos. Cuando se vencía, ya no tenías derecho a seguir en el país. Jorge se quedó 2 años clandestino y yo un año. Fui Babysitter y a los 3 meses de prueba, me dicen que iban a contratarme. Se querían morir al saber que era clandestina. Ellos eran muy buenos y deciden ayudarme para que yo pudiese tener un ingreso como correspondía. Me hicieron los documentos y Jorge se queda en Italia. Fui con mi suegra Rosa Velárdez al viceconsulado de Córdoba y ahí me dan toda la documentación por lo que, un mes después, volví a Italia con contrato de trabajo y luego conseguimos los papeles de mi marido.

Viajaste sola y siendo tan jovencita, ¿qué te dijeron tus padres en ese momento?

No estaban tan felices. Mi madre hubiese querido que Jorge volviera y se casara conmigo por civil e Iglesia, la correspondiente fiesta y luego si, llevarme a Italia. Pero las cosas se dieron de otra forma y a ella le costó mucho aceptarlo, le dolió porque también incidía el tema de la distancia. No es que me quedaba en el país, era irme realmente lejos y siendo muy joven… ahora los entiendo.

Lo que si me gustó es que me dijeron “te vas sola a ver a Jorge después de 1 año. Si notas que la cosa es distinta y no lo amas como antes, tus padres te esperamos con los brazos abiertos en Tafí Viejo. Cualquier dificultad, aquí estamos”. Escucharlos decir eso, me llenó de fortaleza y confianza de saber que podía contar con ellos

¿Qué haces en Aosta? ¿Qué diferencias y similitudes hay con Tafí Viejo?

En Tafí Viejo trabajé en “Gioser pilchería” y fui Maestra de Jardín de Infantes. Me recibí y me vine a Italia.

Aquí fui, espero no olvidarme nada (risas)… cuidadora de ancianos y Babysitter. También trabajé en Cooperativas asistiendo enfermos hasta que pude abrir mi Maternal privado (para niños de 3 meses a 3 años) y hace 18 años soy autónoma. Trabajo 9hs al día y en mi tiempo libre hago Karate (soy cinturón negro). Estudié Braille y Tango porque se baila mucho en Europa.

Ahhh… y en 2001 fundé una Asociación de Mujeres Latinoamericanas con las cuales compartimos varias cositas.

Similitudes…. Muy pocas. Tal vez la parte geográfica por sus montañas y porque ambas están al Noroeste del país. O que todo está más concentrado en un mismo lugar.

Mientras que, las diferencias, tienen que ver con el clima. Aquí el invierno es de -10º y tenés muchísima nieve por todos lados.

Contame de tu Asociación de Mujeres Latinoamericanas... ¿cuál es el objetivo?

La Asociación “Uniendo Raíces” de Mujeres Latinoamericanas y Sudamericanas nace en 2001 con la intención de reunir a las mujeres extranjeras, de lengua española, y encontrarnos en un espacio que sirva para sobrellevar el tema de la inmigración. Muchos creen que estar en otro país es tener “suerte” y yo no lo veo así porque no es fácil. La suerte la encontramos en los juegos, me parece que todo forma parte de las renuncias propias, de uno mismo y sus sacrificios.

Siempre digo que el inmigrante pasa por 7 lutos de los cuales, los dos principales son el de la familia y el lugar en el que naciste… no es fácil y de a poco se van sumando cosas. Por eso nos reunimos, con ese objetivo principal de sostenernos mutuamente, mantener nuestra cultura en el extranjero y también que el italiano pueda conocerla y disfrutarla. Porque Argentina no es sólo fútbol o tango.

Al principio hacíamos la “Fiesta del Pueblo Latinoamericano” y luego pasamos a tener objetivos más grandes como, por ejemplo: el de una Oficina Frontal (o Portal) abierta a todas las mujeres, italianas o extranjeras. Ellas nos dejan un listado de sus necesidades más urgentes y nosotros las asistimos; ya son más de 1500 chicas acogidas.

Y aparte del Portal, tenemos un curso que se llama “Doposcuola” (después de la Escuela). Dos veces a la semana y después de clases, los niños vienen y, además de hacer sus deberes, aprenden francés siendo acompañados de maestros profesionales que trabajan con nosotros. Lo interesante en todo esto es que el Gobierno del Valle de Aosta les abona el sueldo y eso es producto a la enorme cantidad de redes que hemos creado con Entes públicos y privados

También hicimos una Asociación que prepara a las mujeres para que puedan cuidar los ancianos y sean profesionales en su labor

Tenemos chicas de República Dominicana, Cuba, Brasil, Chile y por supuesto argentinas con las cuales mateamos.

¿Cuántas mujeres hay actualmente en la Asociación? ¿Pensaste en abrir otras "filiales" en el resto de Italia y/o Europa?

Lo que serían las “Socias Fundadoras” (fijas), 35 personas activas. De ahí, no sabría decirte un número exacto porque van y vienen todo el tiempo.

Tenemos chicas de Centro América, Sudamérica e italianas. Y el Directivo, es decir quienes creamos todo esto, somos Latinoamericanas.

Y en cuanto al tener filiales sería un sueño, pero es realmente muy difícil porque, la mayoría de las mujeres que la integran, tienen sus obligaciones laborales y familias. Somos voluntarias y organizamos las reuniones de acuerdo con el tiempo libre de cada una.

Veo hiciste muchas cosas. ¿Siempre fuiste así de inquieta? ¿Pensas que hubieses hecho lo mismo en caso de haberte quedado en el país?

Siempre fui activa, dinámica, inquieta… entonces sí, creo que si me quedaba en Argentina hubiese hecho muchas cosas ya que es mi naturaleza. No sé si lo mismo, pero si te aseguro que quieta no iba a quedarme (risas).

¿Qué te sorprendió de Italia?

Milán en Navidad, un 26/12. Me impactó su Duomo (Catedral) y como estaba todo armado para el festejo con un árbol gigantesco en la plaza y la gente toda vestida de invierno. Claro, yo acostumbrada a festejar en verano, me sorprendí con ese cambio de clima. ¿Después?, todo. Lo arquitectónico, lo cultural; el arte, la historia, los paisajes, Roma, Venecia…


Con su madre Lelia en Aosta para las Fiestas


Navidad en Aosta y de fondo el edificio municipal

¿Cómo ven al tucumano/argentino en Aosta?

Tucumano… aquí se habla del “Tucu” Joaquín Correa (futbolista que juega en el Inter de Milán), pero los únicos tucumanos tucumanos en Aosta, somos Jorge y yo… espero nos vean bien (risas).

Al argentino lo estiman mucho y lo consideran algo así como un “primo hermano” por muchas razones. Por el Papa Francisco y la historia de las inmigraciones en cada país; también por el tango y Gardel, o mitos como el “Che” Guevara o Evita. Ni hablar de la potencia que tienen aquí los futbolistas de nuestro país.

¿Cómo pasaste el tiempo de pandemia?

Con miedo y dudas. Aparte tenía ansias por mi marido ya que, en ese momento, volvíamos de Argentina (un 08/03/2020) y entrábamos en cuarentena total, se cerró todo. No pude trabajar en mi Guardería, pero estaba intranquila por Jorge y su trabajo de Operador Socio Sanitario en el Hospital que lo ponía en contacto permanente con personas contagiadas. Él se encarga del reparto y se volvió todo reparto COVID… me estresó mucho y no pude hacer mi vida con normalidad.

Hasta que con gran coraje decidí abrir mi “Nido” (guardería). Me arriesgué, pero tomé todas las precauciones y respeté los protocolos que me solicitaron; fui una de las primeras.

¿Qué cosas de Tafí Viejo le contas a los europeos? ¿Conocen algo de aquí?

Les conté de los ferrocarriles y lo triste que fue ver su cierre porque mi padre trabajó ahí. Para algunos fue un golpe de fortuna, por ejemplo, mi suegro que abrió el famoso bar “Jerry”; para otros, como mi papá, fue complicado porque nunca más pudieron conseguir un empleo serio y entraron en depresión.

Les conté de la producción del limón y su Festival, del amor por el folklore y las tradiciones.

Muchos italianos vinieron al norte argentino y realmente les gustó su paso por la provincia.

Si un taficeño quiere irse, ¿es Aosta un buen destino para progresar y proyectar un futuro?

Cuando llegamos, en los 90, era más fácil porque había muchísimo trabajo. Ahora las cosas son distintas ya que siempre el Sur italiano estuvo postergado, nada que ver con el Norte ya que esa es la zona rica por naturaleza. En Aosta hay mucha burocracia y es complicado por el tema de los papeles a los inmigrantes, pero si uno se anima y está dispuesto a probar, que se venga. Va a tener que adaptarse a muchas cosas, más si no venís con un contrato de trabajo porque aquí realmente vas a pagar piso.

¿Qué se extraña?

Tantas cosas… tus seres queridos, la familia y amigos que son insustituibles. Aquí tengo grandes amigos, pero no es lo mismo. Es cierto que aumentaron las personas que quiero y por eso trato de mantener una relación estable.

Extraño las mateadas. Extraño mucho la primavera que, para mí, es fantástica en Tafí Viejo por el perfume de sus azahares y el paisaje tan lleno de flores. Argentina tiene todo, nada que envidiarle a donde estoy actualmente.

¿Cada cuánto volves?

Viajábamos una vez al año, pero cuando no teníamos hijos ni deudas (risas). Pero ya comprando un departamento, todo cambió porque aparecieron otros gastos.

A la Argentina volvemos cada 2 o 3 años; algunas veces sola, otras con Jorge, pero siempre con mis hijos. Mi madre Lelia viene seguido, tiene como 10 viajes a Italia y siempre se queda mucho tiempo y me parece fantástico así sea.


Junto a Lelia, su mamá

Vino Rosa, mi suegra, y se quedó todo un año viviendo con nosotros, al igual que Valentino (hijo de Ricardo, mi cuñado), mi hermana Adriana, amigos… tuve mucho contacto con la familia y siempre trato de cultivar mis amistades de Tafí Viejo y San Miguel de Tucumán.


De visita en Tucumán con la familia taficeña

Cuando voy, parece que estuvimos juntos el día anterior. El contacto siempre estuvo porque las relaciones son fuertes y no perdí nada de amistades. Gracias a Dios todo bien con ellos y disfruto a pleno cada momento que comparto.


En Aosta (Italia) con amigos taficeños


Con su amiga Consuelo que fue a Italia, junto a su hija Delfina, quien es ahijada de Angélica

Algo muy lindo que me pasó fue recibir aquí a Consuelo, una amiga de toda la vida y con la cual tengo recuerdos realmente maravillosos. Fue muy emocionante verla porque no vino sola, llegó acompañada de su hija Delfina, mi ahijada. No voy a mentirte, pasamos unos días espléndidos y no veo la hora de reencontrarme con ella.

Cuando volviste a Tafí, ¿cómo lo encontraste?

Muy lindo porque creció mucho y vi nuevos barrios. Me encantan las mejoras hechas y también su plaza que es hermosa. Ni hablar de las obras de Atilio, las amo. Fue mi compañero de Secundaria y lo estimo muchísimo porque es un chico de un talento increíble y celebro que la gente valore lo que hace.

Otra cosa que me pareció brillante fue la apertura de la Hostería. Me emocionó verla con tanta vida y se convierta en una fuente de trabajo para el pueblo.

En todo este tiempo, ¿te pasó algo que te haya hecho pensar en volverte?

No recuerdo sinceramente. Quizás, alguna vez, por extrañar, pero no en un modo definitivo. Mi sueño, y siempre lo dije, era cumplir 50 y volverme a Argentina. Ahora mi sueño es vivir 6 meses en cada país, pero es imposible (risas).


Paolo, Jorge y Damiano

Viendo todo lo que conseguiste/hiciste... no hay dudas que tomaste la decisión correcta al viajar. ¿Cambiarías algo?

No sabría responderte; creo que sí fue la mejor decisión y, por ahora, no me arrepiento ni cambiaría las cosas. Porque siento que el Universo, o el destino, jugaron una parte muy importante en todo esto ya que los eventos y/o personas que aparecieron en mi camino, hayan permitido darle forma a esta historia.

Tené en cuenta que, al principio y como te dije, estuve 4 años en Italia y volví a Tafí Viejo con todo lo que eso implicaba. Fue una lucha interna la que, tiempo después, hizo que por las circunstancias de esa época nos llevaran a decidir regresar a Europa.

Probé, probé con toda mi alma y mis fuerzas el quedarme en Argentina, pero no hubo caso.

Además de tus hijos y el consolidar una familia, ¿cuál fue la mayor satisfacción que tuviste en Italia?

Logré hacerme una reputación laboral y ganarme el respeto de la gente. Ganar autonomía y libertad, aspectos fundamentales para poder integrarme en esta nación.

¿Qué mensaje le darías a tu familia en Tucumán?

Los amo. Hay un hilo invisible que nos une para siempre a pesar de la distancia y el tiempo. Y creo que eso es lo que pudo sostenerme con todo esto que he vivido. Les pido perdón por no haber podido compartir momentos, pero no es fácil. Sólo quiero decirles que les agradezco por todo. Y permitime por favor, en el final, dedicarle la entrevista a mi papá Rubén Salvadeo y a las siguientes mujeres que considero las más importantes de mi vida y les agradezco por ser quien soy: Mi abuela materna Angélica, de la cual admiro su humildad y bondad. Mi tía Lilia, por su fuerza y coraje. A Lelia, mi madre, por ser una luchadora y de una integridad asombrosa. Y a mi hermana Adriana por su poder de aceptación y fortaleza.