Opinión

TAFÍ VIEJO

DIOS Y EL HOMBRE: Domingo de Ramos, entrada triunfal de Jesús a Jerusalén
Columna de Pepita Pignataro

DOMINGO 05 DE ABRIL DE 2020 · 13:17 HS

Josefa "Pepita" Pignataro

En una mañana esplendorosa con sol radiante y brisa fresca el Hijo del Hombre envolvió su tunica sobre su cuerpo y se sentó en el burrito, el mas humilde de los animales y a trote fuerte se dirigió a Jerusalén impartiendo precisos mandatos a sus apostoles, la gente que lo sentía profundamente, tomaba ramas de los árboles las agitaban a su paso exclamando ¡Hosana al hijo de David! ¡ Bendito el que viene en nombre del Señor! Jesús las recibía como lo que eran, alabanzas a su persona, pero...¿Cuánto durarían? Los hombres somos así. Que misterio de relación, lo habrá debilitado tanto, que Dios en su infinito amor envió a su hijo para que selle la Reconciliación con su propia Vida « Cordero de Dios» Así llego hasta el Cenáculo, preparado ya para que en él, sucedan los hechos de suma importancia para nuestra fe.

Allí con  solemnidad sencilla, como suelen ser las grandes solemnidades, se vivió  la primera Misa, primera y única, porque a través de los siglos, en el ya de Dios todas las misas son Esa Misa. Allí Jesús le lavó los pies a sus apóstoles. Allí Jesús comenzó su Pasión, anunciando que nos daría su Vida por amor. Allí al pan y al vino los bendijo y los convirtió en Su Cuerpo, Sangre, Alma y divinidad, para poder quedarse entre nosotros después de su partida, potestad que dejó a sus apóstoles, futuros sacerdotes de la Iglesia, ungidos para Representarlo, los cuales pronunciando sus palabras en la consagración, podrán convertir el pan y el vino en el Cuerpo Sangre Alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo para alimento de los cristianos. 

¡NOS PONEMOS DE RODILLAS ANTE TI SANTÍSIMO SACRAMENTO! Jesús que por amor se fue y se quedó, porque Dios todo lo puede. Comencemos esta Semana Santa, que nos produce tanta tristeza y tanto gozo, con la alegría de Loar a Cristo.