Una vecina de Villa Obrera en representación de muchos fieles:

Conocí a don Edmundo a través de la Parroquia cuando hace mas de treinta años llegó para colaborar en las tareas de la institución atraído por el entonces Párroco Julio Cesar Rodriguez. Nunca quiso recibir nada de dinero a cambio de su trabajo en el lugar, a pesar de poner su tiempo y recursos al servicio de la Parroquia. 

Con él compartimos muchas charlas de formación espiritual y con Jesús en medio siempre, descubrimos una vocación parroquiana con el Carima del Focolar que frecuentábamos. 

Siempre animado por el espíritu de la unidad, nuestro hermano se abocó totalmente al servicio de la Secretaria y a la visita a los hogares para realizar las Horas Santas dedicadas al Sagrado Corazon de Jesus. De más está decir que no solamente estuvo presente en esas dulces horas con fidelidad a Nuestro Señor sino que organizaba todo lo referente a la Sacristía. Se fijaba que este todo en orden para el Altar, la Liturgia y de organizar eventos para el sostenimiento del culto y el templo. 

Como Ministro de la Eucaristía llevó durante muchos años la atención a los mayores del Hogar San Alberto. En toda esta donación de su persona recibió el apoyo incondicional de su familia que siempre estuvo a su lado donando las horas que muchos otros usamos para encuentros personales. 

Al pasar de los años y al servicio siempre de los distintos Párrocos que se sucedieron, hicieron de nuestro querido Edmundo un pilar. Sufriendo incomprensiones y soledades pero animado por el Verdadero Espíritu pudo ofrecer hasta sus últimas fuerzas la compañía sencilla, fiel y amable de quienes estuvieron al frente de la Parroquia y a la comunidad. 

Como me dijo un día: "Ahora que me estaba acostumbrando a la horma del zapato, me lo cambian". Con un humor discreto, con un pensamiento fiel a la Virgen Morenita, a Ella le pedimos que junto a Jesus lo reciba en el Paraíso que su alma anheló desde aquí en la tierra. Q.E.P.D

Párroco Raúl Vicari

Hay que destacar en su persona la generosidad, el tiempo incondicional al servicio de la Parroquia y la atención que tenía con el vecino. Además nunca quiso recibir nada de dinero a cambio de su trabajo, ponía sus recursos para lo que necesitábamos.