Opinión

TAFÍ VIEJO

Oración especial: Espacio del Perpetuo Socorro
La columnista Lucia Salvat es redentorista y comparte con los lectores del periódico una oración misionera

VIERNES 15 DE JULIO DE 2016 · 13:05 HS

Lucia Ines Salvat Leal

En esta humilde oración  que dejo en el diario es para hacer una catequesis y poder tomarse 5 minutos y rezar y meditar el evangelio no es difícil solo tenemos que ponernos en presencia de Dios y pedirle al espíritu santo que nos ilumine se lo puede hacer en oración.

https://www.youtube.com/watch?v=OAJnM7fUCmo

Posted by Lucia Ines Salvat Leal on viernes, 15 de julio de 2016

Es el espíritu verdad, el Dios trino el que nos guia y siempre esta asi que comienzo este articulo con esta canción y oración:

A                 F#

Ven Espiritu de Dios,

               D

inundame de amor,

              E

ayudame a seguir.

A                F#

Ven y dame tu calor,

             D

quema mi corazon,

    E         A

enseñame a vivir.

 A       E         F#

 VEN ESPIRITU DE DIOS,

           D

 VEN A MI SER,

           E

 VEN A MI VIDA,VIDA,VIDA.

 A       E         F#

 VEN ESPIRITU DE AMOR,

         D/E        A

 VEN A MORAR MARANATHA.

Hoy la vida que me das,

te invoca en su dolor

y clama: Ven Señor.

Ven y cambia mi existir,

transforma mi penar

en glorias hacia ti.

 VEN ESPIRITU DE DIOS,

 VEN A MI SER,

 VEN A MI VIDA,VIDA,VIDA.

 VEN ESPIRITU DE AMOR,

 VEN A MORAR MARANATHA.

Al cantar esta oración o rezar por el significado de maranatha “amen ven señor Jesús”  estamos pidiendo ven ayudanos. Él sabe lo que necesitamos, pero necesita ser buscado y que los escuchen.

Para ello los invito a meditar la lectura de cada día

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,1-8):

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.»

Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor

Una de las formas
de discernir la lectura

Paso 1. Leer: ¿Qué dice el texto? En primer lugar, se lee el texto. Al nivel más básico, uno se pregunta: ¿Qué sucede en este pasaje del Evangelio? A veces, conviene usar un comentario bíblico o leer la explicación de la propia Biblia para entender mejor el contexto.

Paso 2. Meditar: ¿Qué me dice Dios a mí en este texto? En este punto, uno ve si hay algo que Dios quiere darle a conocer en este pasaje. Casi siempre uno puede relacionarlo con algún suceso o experiencia de su vida.

Paso 3. Rezar: ¿Qué le quiero decir yo a Dios sobre el texto? Después de meditar en este pasaje, tal vez uno sienta temor por lo que cree que el Señor le pide hacer

Resumen de un mensaje de nuestro papa acorde a la lectura para su mejor comprencion

MENSAJE DEL
SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA CUARESMA 2016

“Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13).

Las obras de misericordia en el camino jubilar

1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada

celebrar y experimentar la misericordia de Dios (Misericordiaevultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios.

María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se

tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales.

2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia

El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad.

Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiaevultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.

Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangeliigaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiaevultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa.

3. Las obras de misericordia

La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe.

Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento.

Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro,
que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos.

Vaticano, 4 de octubre de 2015

Fiesta de San Francisco de Assis

Francisco

Preguntas para
compartir en familia

¿Cuáles son los sacrificios que habla Jesús que no quiere para nuestra vida?

¿Cuáles son los momentos de misericordia que tiene Jesús con ustedes?

 Pregunta personales

¿Eres misericordioso con los demás?

¿te acercas al perdón de dios ya que él nos ama hasta el extremo?

La Vasija de Misericordia

El maestro estaba buscando una vasija para usar. En el estante había muchas- ¿Cuál escogería?. Llévame, gritó la dorada. “Soy brillante, tengo un gran valor y todo lo que hago, lo hago bien; mi belleza y mi brillo sobrepasa al resto y para alguien como tú, Maestro, el oro sería lo mejor”.

El maestro pasó sin pronunciar palabra; él vio una plateada, angosta y alta; “ Yo te sirvo amado Maestro, vertería tu vino y estaría en tu mesa cada vez que comieras; mis líneas son agraciadas y mis esculturas son originales, y la plata te alabaría para siempre”.

Sin prestar atención el Maestro camino hacia la de bronce, era superficial, con una boca ancha y brillaba como un espejo: “ Aquí.. Aquí” grito la vasija. “Se que te seré útil, colócame en tu mesa donde todos me vean”. “Mírame” gritó una copa de cristal muy limpia. “Mi transparencia muestra mi contenido claramente, soy frágil y te serviré con orgullo y se con seguridad que seré feliz de morar en tu casa”.

Vino el maestro seguidamente hacia la vasija de madera, sólidamente pulida y tallada: “Me puedes usar Maestro amado, pero úsame para las frutas dulces y no para el insípido pan” Luego el Maestro miró hacia abajo y fijó sus ojos en una vasija de barro, vacía, quebrantada y destruida, ninguna esperanza tenía la vasija de que el Maestro la pudiera escoger para depurarla y volverla a formar, para llenarla y usarla.

Ah, esta es la vasija que he deseado encontrar, la restauraré y la usaré, la haré toda mía”. “No necesito la vasija que se enorgullezca de si misma, ni la que se luzca en el estante, ni la de boca ancha, ruidosa y superficial, ni la que demuestre su contenido con orgullo, ni la que piensa que todo lo puede hacer correctamente, pero si esta sencilla llena de mi fuerza y de mi poder” Cuidadosamente el Maestro levantó la vasija de barro; la restauró y purificó y la llenó en ese día, Le habló tiernamente diciéndole: “Tienes mucho que hacer solamente viértete en otros como yo me he vertido en ti”.

Y mientras leía y meditaba en estas palabras recordé que soy simplemente una vasija que por misericordia Dios me ha llenado. Hoy, por lo tanto no debo olvidar que sigo siendo la vasija de misericordia para que el orgullo no se eleve por encima de mi corazón y termine perdiendo fácilmente lo que por misericordia he recibido. “ Señor. Para mostrar tu amor y tu misericordia, un día tomaste mi vida quebrantada, inútil, destruida y tristemente deshecha, pero en tus manos toda mi existencia cambio.

Hoy soy lo que soy, solo por misericordia. Ayúdame en este día a no creerme la vasija de cristal, de oro o de plata, mas recordar en mi diario caminar que soy simplemente una vasija quebrantada, más en tus manos restaurada.

Romanos 9:22-23

“ Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria”.

https://www.youtube.com/watch?v=idQtFf7m4xw bienvenida tu misericordia gracias señor por el espacio del perpetuo socorro :)

Posted by Lucia Ines Salvat Leal on viernes, 15 de julio de 2016

Serafin Contreras

Devocional En Lugares de Delicados Pastos

Para finalizar esta humilde catequesis lo invito que recen  este canción

D       G       D

Bienvenida tu misericordia

       D       G       A

Bienvenida tu consolación

       D       G        D

Bienvenida tu dulce presencia.

       D    G      A     D

Bienvenido seas Señor.

          G      D

Tú no te tardarás

          G      D

Tú nos defenderás

Em     G       D      A

Tú nuestras lágrimas enjugarás

Tú nos sorprenderás

Tú buen refugió serás

Tú nuestras lágrimas enjugarás.