Una fiesta que jerarquizo el folklore local a medias, es que nunca contemplo del todo a nuestros artistas, pero que de alguna manera dio el paso inicial a lo que nos puede ofrecer en ediciones venideras donde seguramente se podrán corregir algunos desfajases y pormenores que se pueden encontrar en este tipo de eventos y que el FESTIVAL NACIONAL DEL LIMÓN no es la excepcion. La cartelera los invitados y la expectativa generada hicieron que la concurrencia sea masiva y satisfactoria para los organizadores, pero esperada por los taficeños, que por un fin de semana dejaron de lado las calles rotas la basura servida  las aguas que reflejan arroyos poco deseados en las calles de los barrios, las preocupaciones por el merodeo de los amigos de lo ajeno y hasta olvidando que la desidia esta asechando en la periferia de la transformada ciudad en los últimos diez años, para darse la posibilidad de hablar de un fiesta que engalano a la capital del limón, y que cambio el humor y los ánimos de los vecinos que vieron en ella el retorno al escenario Mercedes Sosa de artistas de primer nivel. Y aunque muchos no pudieron disfrutar del festival, seguramente lo esperaran para el próximo año con el mismo espíritu folclorero que los caracteriza.

Ya paso. Esos días quedaron atrás… quedaron los recuerdos y las imágenes que recorrieron el país en los días posteriores a través de medios de comunicación nacionales. También quedaron los murmullos de lo que estuvo bien y lo que estuvo mal, cuanto le costo al municipio y cuanto a la nación, quien falto y quien no debió venir, la gente habla, piensa y manifiesta su sentir, cosas que pasan y que estan muy incorporadas en nuestra sociedad…. Lo cierto es que ya paso y que lentamente fuimos encostrando el ritmo de la ciudad y sus barrios, en la interminable espera de un cambio tan esperado, tan prometido, tan anhelado. En lineas generales a Tafí Viejo pocas cosas buenas le pasaron con el nuevo gobierno, las sensaciones de mas de lo mismo se respira en su gente, la esperanza de que esto ocurra sigue latente en el tiempo. Mientras ese tiempo llega habrá que seguir resistiendo mientras nos conformamos con pequeños cambios que nunca son suficientes.